Estabilidad ¿La base de la movilidad?

La movilidad es una de las principales características de la danza. Y es claro, la danza, es movimiento. Es muy común ver estudiantes e, incluso, bailarines profesionales, enfocarse en la movilidad como si fuera el único aspecto a trabajar para mejorar la técnica o dificultades a la hora de enfrentarse a una variación. Pero ¿Qué ocurre con la estabilidad?

¿Qué ocurre con la estabilidad?, ¿No es, acaso, condición primaria para que nos podamos mover?. La realidad es, que para poder movernos y CONTROLAR dicho movimiento (seamos conscientes, o no, de ello), necesitamos ESTABILIDAD. A mayor estabilidad tengamos, mayor posibilidad de destreza vamos a poder desarrollar en un movimiento. Y la pregunta que debiéramos hacernos ahora es ¿estabilidad de qué?. Vamos a la base de todo trabajo de estabilidad: el tronco (o el CORE como también muchos lo llaman). El sistema muscular que comprende el CORE cuenta, en mayor medida, con fibras del tipo tónicas diseñadas para responder mejor en actividades de estabilidad. Si analizamos el sistema muscular de las extremidades vamos a ver un mayor número de fibras fásicas las cuales están mayormente diseñadas para favorecer la movilidad. 

Como podemos ver, contamos con dos sistemas: uno central (mayormente estabilizador) y uno periférico (mayormente movilizador). De estos dos sistemas, el movilizador, es que se lleva la mayor parte del trabajo. ¿Y esto está mal? ¡Claro que no!, es fundamental trabajar la movilidad al bailar, ya que la danza requiere muchísima destreza a la hora de movernos. A modo pasa el tiempo, gracias a la constancia y repeticiones, las destrezas empiezan a mejorar y somos cada vez más hábiles y capaces de realizar movimientos de mayor complejidad. Hasta que en un momento llegamos a una meseta y nos cuesta seguir mejorando las destrezas. “Me falta práctica”, “Necesito más tiempo para sacarlo”, “Lo siento trabado, no puedo subir más la pierna”. Todas estas son frases que, me atrevo a decir, más de unx se sentirá identificadx. Y para hacer la cosa más sencilla, volvamos al comienzo del párrafo: tenemos dos sistemas, uno estabilizador y uno movilizador. Cuando el movilizador llega a una meseta, y lo trabajamos y no responde, o lo que es peor, nos empieza a fallar, quizás una buena idea sería comenzar a trabajar el estabilizador. 

Trabajar sobre la estabilidad central del tronco es una llave que abre varias puertas. Y, con ejercicios sencillos, podemos empezar a entrenarla. La plancha es uno de ellos. Ejercicio básico, fácil de hacer (difícil de sostener jaja) que produce una activación global de los músculos del CORE. El puente glúteo es otro básico que, además de trabajar el CORE suma otras posibilidades para miembros inferiores. Incluirlos en tu entrenamiento, te puede ayudar a la hora de abrir la puerta que te lleve a mejorar tu movilidad. Ya que, al mejorar tu estabilidad, estás aumentando la base sobre la cual se va a generar el movimiento. 

*Nota del autor: El carácter de la presente nota es informativo. Apunta a brindar mayores herramientas para mejorar la performance de bailarines y artistas del movimiento. Sería necesario, en todos los casos, una evaluación completa para la correcta implementación de un programa de trabajo 

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